Te veré como la sombra al volar,
impresa con la tinta rojiza del sol del crepúsculo,
sobre la pared de ladrillo vieja y mohosa.
Volaras un día,
pero solo la reminiscencia degustare,
entre mis dedos te escaparas,
entre mis anhelos te perderás,
y poseeré nada.
Solo el tiempo que es y que fue,
y lo que late hoy y por tanto ayer,
solo ese paso a la vez que puedo dar,
aunque atisbe adelante una playa que se funde con el horizonte.
Atrás quedan mis pasos en la arena,
los veo,
serán borrados cuando suba la marea,
pero no este respiro,
este segundo no lo borrará, no ahora,
el tiempo es lo único que tenemos.